La sal de cocina, también llamada sal común, es el resultado de la combinación entre un átomo de cloro (Cl) y uno de sodio (Na).
Los elementos que componen la Sal (sodio y cloro) son imprescindibles para la vida. Una de sus misiones más importantes en nuestro cuerpo es la de mantener el equilibrio del agua.
El sodio es imprescindible para la transmisión de los impulsos nerviosos.
Desde las épocas más primitivas, la Sal ha ocupado un lugar importante en la vida del ser humano, ha participado a menudo en su historia y ha sido un símbolo para muchas culturas.
En la Argentina, la sal para consumo humano tiene un agregado de yodo de acuerdo a la Ley 17.259, la cual obliga a todos los productos de sal a dosificar una parte de yodo en 30.000 partes de sal con el objetivo de prevenir el bocio, enfermedad que impide el normal funcionamiento de las glándulas tiroides, fundamental en el desarrollo físico y mental de los niños.
Las autoridades bromatológicas se encargan de efectuar campañas de control del cumplimiento de la Ley 17.259.
En otros países también se utiliza a la sal como vehículo para otorgar a la población flúor para la prevención de caries.